Los adultos tendemos a mirar con desdén esas sagas literarias para adolescentes (aunque muchos adultos también las leen) en las que los mundos fantásticos, los amores eternos y los odios irracionales son los ejes de la historia.
No es para menos. Son novelas dirigidas a un público adolescente y… ¿acaso no es la adolescencia la edad de los absolutos? Cuando uno madura un poco y comprende la cantidad de aristas y matices que tienen todos los asuntos de la vida, puede llegar a considerar este tipo de literatura como ‘mala’. Sin embargo, un mérito hay que reconocerle a estas historias: han conseguido que muchos niños y adolescentes lean más.
Eso es lo que demuestra un estudio realizado en el Reino Unido por el National Literacy Trust, que ha comprobado que gracias a sagas como Los juegos del hambre o Crepúsculo, el número de niños y adolescentes que leen libros fuera del horario lectivo, ha aumentado considerablemente.
Tomando una muestra de 32.000 jóvenes de entre 8 y 18 años, se ha podido comprobar que los lectores jóvenes han aumentado una cuarta parte respecto al año anterior, habiéndose convertido la lectura en una actividad más de ocio para ellos.
Así los investigadores han señalado que este aumento en los hábitos de lectura coinciden con la aparición de conocidas sagas como las ya mencionadasCrepúsculo o Los juegos del hambre, trilogías que han ayudado a desencadenar el interés por otras obras del mismo estilo.
Otros datos interesantes que arroja este estudio es que aquellos niños que leen con frecuencia fuera del colegio tienen mayores probabilidades de sacar buenas notas. Así mismo, también se ha podido comprobar que las chicas son más propicias a leer por gusto que los chicos: un 46% de lectoras femeninas frente a un 36% de lectores masculinos.
A pesar de los buenos datos aún queda mucho por hacer, ya que son mayoría los que prefieren ver la televisión antes que sumergirse en las páginas de un libro.
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